El Rave
En lo alto de la vertiente de Els Brucs, a ]a izquierda del Pont, que, bajando de la Serrat de les Paparres, pasa por Els Pollagons y conduce a Collbató, se alza El Rave, al lado derecho de la roca denominada La Campana.
Su estructura es una rareza de equilibrio en la Naturaleza. Semejante a un enorme rábano vuelto al revés, su cima es reducidísima comparada con su enorme barriga asentada sobre una estrecha base que, como zócalo, lo levanta sobre el verde de la ladera donde está emplazado.
, La ascensión a este caprichoso monolito es solamente apta para escaladores expertos. La superación de su gran balma o techo ofrece la emoción de tener que efectuarla completamente colgado de espaldas abajo, en posición casi horizontal y sobre un vacío de unos 30 metros.
Hasta la base de esta balma se llega con facilidad: donde nace la grieta que raya el techo que se ha de superar, se encuentra un rellano alargado, desde el cual, el segundo y el tercero podrán ayudar con facilidad al cabeza de cuerda. Con la técnica de la triple cuerda se ganará tiempo, además de ahorrar fuerzas, se facilitará la recuperación del material y se podrán conceder tantos descansos o relevos como se deseen.
La superación de este techo en sí no sería más que una doble cuerda corriente; pero, por tener que trabajar horizontalmente, sus ocho me tros se hacen largos y pesados. La salida de este desplome se complica en un alero, donde generalmente no es muy factible clavar ningún pitón que ayude a remontarlo. Dificulta este delicado paso el violento roce de las cuerdas por los mosquetones que retienen el avance en escalada libre. Una vez superado el alero existe, un poco más arriba, una pequeña plataforma en donde se reunirán los componentes de la cordada, continuando hasta la cima en escalada libre y fácil.
El descenso, de unos 25 metros, se efectúa por el lado izquierdo, de donde se ha trepado.
Dos cuerdas de 40 metros, 2 martillos, 6 clavijas largas, unos 10 pitones corrientes, los oportunos mosquetones y algún estribo, es el material indispensable para que una cordada de tres escaladores efectúe esta ascensión, que podrá realizarse en unas cinco o seis horas.
Fue efectuada la primera conjunta, masculina y femenina, el día 25 de junio de 1941, por los escaladores Carmen Romeu, E. Mallafré, J Piqué y F. Blasi.
Extret del llibre “Montserrat” de Lorenzo Estivill i Jordi Panyella
Editat a Barcelona per M. Arimany l'any 1949
GRAFIC