La Nina
Este monolito de triple perfil ovalado se encuentra en la región de Els Frares Encantats de les Agulles, y se llega a él por el camino que conduce a El Lloro, que se deja en su terminación para descender a la izquierda, por una canal muy marcada.
Dándole la vuelta por su base, por la ladera de Mediodía, ascenderemos por su cara Oeste, y llegaremos a un rellano situado al borde del acantilado Norte, sobre la carretera de Can Massana.
La superación del óvalo central se logró después de varios intentos frustrados, recurriendo a la ayuda material de un tronco, gracias al cual La Nina fue escalada en su totalidad y por vez primera, el día 17 de mayo de 1942 por los escaladores Ernest Mallafré, Vicenç Barbé, F. Blasi y M.a Antonia Simó.
En la actualidad y gracias a la evolución en un grado elevado de perfección de la técnica moderna de escalada, esta ascensión no se realiza ya con la ayuda de un tronco, sino con la de las pitonisas y tacos de madera. Dada la forma ovalada de la roca, completamente compacta y prácticamente lisa y con desplome pronunciado, el cabeza de cuerda deberá subirse a las espaldas de su compañero para ganar altura, dando principio de esta manera a una escalada cien por cien acrobática.
Como hemos dicho anteriormente, con la eficaz ayuda de las diminutas pitonisas fijadas en el cemento del conglomerado por pequeños tacos de madera, nos será factible superar este desplome inicial. En sus tres cuartas partes flanquearemos diagonalmente a la izquierda, trepando a continuación por placa lisa hasta alcanzar el rellano base del bloque de la bola superior, que forma la cabeza de La Nina. Rodeando ésta, por el lado de Mediodía se inicia una grieta algo descompuesta que nos facilitará la ascensión final a base de doble cuerda con pitones normales.
La totalidad de esta ascensión figura dentro de las acrobáticas y difíciles de la región de Les Agulles, como se demuestra por las pocas veces que hasta la fecha ha sido realizada. El descenso se efectúa con una doblada de unos 35 metros hasta el punto de salida.
Si el cabeza de cuerda es práctico en el manejo de las pitonisas, una cordada de tres componentes puede realizar esta escalada en unas tres o cuatro horas.
Extret del llibre “Montserrat” de Lorenzo Estivill i Jordi Panyella
Editat a Barcelona per M. Arimany l'any 1949
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