El Dit d'Agulles
Este esbelto monolito está situado en la región de Els Frares Encantats.
El Dit d'Agulles se alza, después de haber vencido, entre otras agujas monolíticas, en la parte alta y a la derecha de la región, en el camino que desde el Pas de Príncep va hasta El Lloro, siguiendo la canal que toma el nombre de este último.
La ascensión a este monolito nos hará gozar violentamente al sentir como la sangre se agolpa en las venas, precipitada por la emoción que nos causa superar los obstáculos que se nos presentan unos tras otros al ir ganando altura palmo a palmo. Esta escalada, por su dificultosa y lisa pared, no está libre de peligros fatales, por lo que el cabeza de cuerda, antes de intentarla, deberá poseer un amplio número de conocimientos montañeros, cualidades físicas y morales, experiencia práctica y los entrenamientos necesarios.
La pared por donde se sube a este monolito es sumamente lisa y vertical, no pudiéndose clavar ningún clavo de seguridad hasta los treinta primeros metros de su totalidad de 40. Al no poder pitonear, la retirada queda prácticamente cortada, y por este motivo, suficiente para provocar un desenlace funesto, recomendamos esta ascensión sólo a escaladores expertos y hábiles.
Se inicia la ascensión por su cara norte, entre dos árboles que se encuentran al mismo pie de la pared y que, en parte, impiden vigilar atentamente las evoluciones del cabeza de cuerda. La pared de este monolito es completamente vertical y llena de pequeños desplomes. Los pequeños salientes perpendiculares son mínimos, pero gracias a la Providencia, siempre dispuesta a salvaguardar a los escaladores, insignificantes presas formadas por un conjunto de piedras de distintas naturalezas hacen factible la continuación de esta peligrosa y difícil ascensión. Como hemos dicho anteriormente, en los treinta primeros metros la posibilidad del empleo de clavijas es nula, y deben ser superados con la máxima exposición hasta alcanzar una cornisa roma, donde se podrán martillear un par de seguros pitones. En ésta deben reunirse los componentes de la cordada. Remontado un acusado desplome que viene a continuación, tras unos pocos y fáciles metros, llegaremos a la cumbre del Dit, con lo que experimentaremos la profunda satisfacción de haber vencido a este monolito.
Para colocar la cuerda de descenso (una doblada de 40 metros), nos serviremos de una robusta carrasca, que en un bonito rappel nos permitirá llegar al punto de partida, después de unas tres horas aproximadas de haber iniciado esta acrobática y emocionante ascensión.
La primera escalada masculina y femenina la efectuaron los escaladores J. Panyella, J. Perrera y María Antonia Simó, el día 6 de julio de 1941.
Extret del llibre “Montserrat” de Lorenzo Estivill i Jordi Panyella
Editat a Barcelona per M. Arimany l'any 1949
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